Este escrito que reproduzco a continuación trata de responder la pregunta sobre qué es la Brujería del Cerco, y reconoce lo complejo de tal tarea, prácticamente imposible ya que es algo escurridizo y, como la propia brujería, inclasificable: festividades, mitología, deidades, filosofía, ética, prácticas, herramientas, etc. Son muchos temas, muy extensos, tan profundos, reales e impalpables como el mundo del que heredamos el legado que portamos dentro los brujos y las brujas del cerco.
La Brujería del cerco es una mezcla de brujería y chamanismo basados en las tradiciones del Cunning Folk o Gentes de Astucia principalmente de Centroeuropa pero también de las Islas Británicas. Se diferencia de otras tradiciones en que nosotros, los brujos del cerco, no practicamos apenas ninguna ceremonia para realizar nuestro oficio. En mi caso sí trazo el Círculo o Compás. Nuestras herramientas son igualmente sencillas y las fabricamos con nuestras propias manos.
Nuestras fuentes son el chamanismo, el folklore, el animismo y toda la mitología relacionada con el Otro Mundo y los seres que lo habitan: las fae y los ancestros. Las principales deidades son Hécate, la Dama Holda y el Viejo Nick. El Oficio principal para una bruja del cerco, el verdadero núcleo de nuestro quehacer, es viajar al Otro Mundo (también es llamado Mitgart, Tierra Media, Tierra de las Hadas, Elphame y tantos y tantos nombres). Lo demás son variaciones que dependen mucho de los propios estudios, tradiciones locales o familiares de la propia bruja pero es preciso aclarar que lo que nos diferencia a las brujas del cerco de otras tradiciones paganas es nuestra capacidad de volar hacia ese Otro Mundo desde que nacemos.
El paganismo que se practica en Occidente actualmente ha “cogido” prestados numerosos conceptos de otras culturas, principalmente culturas asiáticas. La brujería del cerco es depositaria de prácticas chamánicas antiquísimas que son propias de los pueblos europeos, una forma de brujería que bebe directamente del inconsciente colectivo europeo y sola y exclusivamente de los arquetipos que surgieron de aquel único caldo de cultivo.
La brujería es pagana y, por tanto, popular. Recoge el saber de generaciones que vivieron y dependieron del campo y del ganado desde los tiempos del Paleolítico por eso las prácticas espirituales de la brujería se pierden en la noche de los tiempos y todo son elucubraciones. Todo excepto la propia práctica. Cuando te das cuenta de que existe un sustrato mágico al que se accede al cruzar el cerco, que está ahí, a tu alcance y que no necesitas estudiar nada ni leer nada previo para hacerlo. Solo practicarlo. Practicar mucho. La bruja del cerco enciende una vela, traza el Compás con una vara en la mano y ya sabe qué es lo que tiene de hacer…
Nuestro Arte refleja un mundo antiguo donde se narraban cuentos a la luz de una hoguera y las personas alimentaban su alma escuchando palabras sabias bajo la tenue luz de un mundo que todavía no había perdido el contacto con la naturaleza… Habla de un tiempo en el que en época de lobos las gentes colocaban tejas huecas en los tejados para que el viento, al pasar a través de ellas, aullara y les recordase que habían de refugiarse en sus casas cuando el sol se ponía en el horizonte. Porque venía el lobo. La bruja del cerco trata de recuperar ese saber perdido.
La brujería nace con el ser humano. Nunca se sabrá cuál es el origen de tan misterioso saber. Lo que sí podemos asegurar desde Brujería del Cerco es que su origen y su devenir tienen que ver con la propia alma humana. Por eso las palabras y los actos de los brujos son simbólicos porque los símbolos son el lenguaje de la propia tierra. Ésta solo se comunica con nosotros a través de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario