Estoy dolida, arrepentida, por haber justamente malvendido mis palabras entre dimes y diretes... Si pudiera traerlas de vuelta al corazón de donde salieron hechizadas con palabras que no eran sino el propio eco de su voz, y cerrarlo con cautela la próxima vez... Ahora estarán perdidas. Desearé que sepan mudar la palabra de significado y regresar al sentido de las cosas para seguir aprendiendo a llamar a cada cosa por su nombre.
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