CORAZÓN DE VIAJE
Y cuando todo se desmorona
no es tiempo_¡Óyeme!_
de, en un sálvese quien pueda,
agarrarse a un clavo ardiendo
y sí de quedarse quieta,
muy agarrada a la propia alma
en vilo.
Y cuando la tormenta pase,
porque pasará seguro, comprobar
que no dar un paso fue no dar un paso
en falso, que no cambiaste al tuntún
ni una estrella de sitio,
que no malvendiste tus palabras
entre dimes y diretes, que apretar
los dientes no te aflojó la sonrisa,
que amaneces a flote
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