Yo me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
(...)
Vago... e invito a mi alma a vagar.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío
(...)
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy.
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es mi misión y no lo olvidaré;
que nadie lo olvide.
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