Salir, para luego regresar. Ir a la búsqueda de nuevos estímulos, ideas, colores, que incorporar a su paleta de incesante creatividad. A la caza de nuevos objetivos y retos. A explorar y descubrir nuevos parajes, horizontes, que amplien su conocimiento del entorno y donde abrir las alas, que profundizen en su autoconocimiento y satisfagan su naturaleza intuitiva y lobuna. La vida como un juego, una expedición, una ginkana, llena de retos por superar, lugares por descubrir, conocimiento que incorporar, señales por interpretar. Y siempre regresar, a su hogar, a su manada.